martes, 7 de diciembre de 2010

La novela Enriquillo y los aportes sobre la cultura taina


ENRIQUILLO Y LOS APORTES SOBRE LA CULTURA TAINA
(NOVELA DE MANUEL DE JESUS GALVAN)
Por Ubaldo Rosario Taveras

Se ha dicho y aún se sigue diciendo que el “Enriquillo” de Manuel de Jesús Galván es nuestra novela clásica por excelencia. Y en los días que se publicaron los primeros capítulos en el Diario “El Eco de la Opinión”el año 1879 se afirmó: “Como fin trascendental, el ENRIQUILLO se dirige a combinar los toques de una imaginación sobria y de una moral saludable, con los severos lineamientos de la verdad histórica. Como fin inmediato y concreto, he querido presentar de relieve la vida y carácter del hombre más extraordinario que ilustró la raza india en nuestro suelo…”

Realmente cuando escuchamos el nombre del Enriquillo pensamos en rebelión y en los tainos. Y creemos que desde el comienzo el Cacique se rebela en las montañas pero no, este libro no es una novela indigenista sino, una novela de la conquista. La historia narrada carece de aportes culturales, tanto de los indígenas como de los españoles.

Solo aparecen algunos rasgos en el lenguaje, en algunos diálogos, porque los tainos hablan el español igual o mejor que cualquier conquistador, y muchas veces en el lenguaje utilizado por el narrador que explica algunas palabras tales como: Naboria: Indios destinados a la servidumbre. Jagüeyes : charcos de agua. Yucutagua: Vivienda de los indígenas. Túbano: hojas de tabaco retorcidas. Usarcés: los indígenas pronunciaban en vez de decir Vuestra merced. No creo que exista más términos tainos en la obra de Galván al menos que haya pasado por alto algunos inconscientemente.

Esta carencia no es una laguna. Es que la novela no trata de la vida de Guarucuya Cacique del Bahuruco. Pues comienza con la matanza de Jaragua por Nicolás de Ovando siendo Enrique un niño y la historia de los indígenas se interrumpe cuando Guaroa indio sublevado y tío entrega al pequeño Cacique a Bartolomé de Las Casas para que sea educado. Entonces la historia de los aborígenes es olvidada hasta la vida del pequeño queda en segundo plano. Luego en los capítulos finales siendo Enriquillo hombre se alza en la montaña por el ultraje a su esposa Mencía. Nota: “Antes del Cacique se rebelaron en contra de los españoles: Guaroa, y Cotubanamá”. En las montañas en los momentos de sublevarse ya había tainos sublevados. Podemos decir que Enriquillo fue el primero en alzarse en contra de los conquistadores y tener éxito.

El autor concibió su novela para que se desarrollara en los primeros tiempos de la Colonia de Santo Domingo y utilizó como fuente: La Historia de la Indias de Fray Bartolomé de Las Casas. Décadas o historia general de los hechos de los Castellano en las islas y Tierra firme del mar Océano, de Antonio de Herrera y Todesillas. Elegías de varones ilustres de Indias de Juan de Castellanos. Historia General y Natural de las Indias de Gonzalo Fernández de Oviedo y otras obras.

Pero estas fuentes bibliográficas no le dieron aportes sobre las vidas, costumbres, mitos y creencias de los tainos, tampoco de los españoles conquistadores. Ni siquiera tuvo el autor la osadía de crear algunos rasgos culturales de los aborígenes, a excepción de estos: Sobre la vestimenta cuando describe a Guaroa tío del Cacique dice:

“Era alto, fornido, de aspecto manso y mirada expresiva, con la frente marcada de una cicatriz de herida reciente; y su traje consistía en una manta de algodón burdo de colores vivos, que le llegaba hasta las rodillas, ceñida a la cintura con una faja de piel; y otra manta color oscuro, con una abertura al medio para pasar la cabeza y que cubría perfectamente toda la parte superior del cuerpo; sus brazos, como las piernas, iban completamente desnudos; calzaban sus pies, hasta arriba del tobillo, unas abarcas de piel de iguana y sus armas eran un cuchillo de monte que mal encubierto y en vaina de cuero pendía de su cinturón y recio y nudoso bastón de madera de ácano, tan dura como el hierro".


En cuanto a los ritos o ceremonias en este caso no religiosa, el autor describe como Guaroa le realiza una investidura señorial a su sobrino, cita: “…hizo sentar al niño al pie de un gigantesco y corpudo roble; le puso en la cabeza su propio birrete, que a prevención había decorado con cinco o seis vistosas plumas de flamenco, y le besó respetuosamente ambos pies, ceremonia que todos los circundantes repitieron uno a uno con la mayor gravedad y circunspección.”

Estos aportes suministrados a través de la literatura de Galván solo se pueden apreciar escasamente en los primeros capítulos y luego se reinicia en el capítulo número catorce llamado “Héroe”, que es cuando se describe la muerte del Guaroa, luego los aportes desaparecen y es como si estuviéramos leyendo y así es, un libro sobre la vida de los conquistadores y sus conflictos de poder.

Decíamos que estos primeros capítulos eran los únicos que hacían referencias a la cultura taina, y es cierto, pues el autor describe las viviendas como chozas y no da más referencias. Imaginamos que eran hechas de canas, ¿no? Pero para saber si estoy equivocado tomemos una cita de la obra: “Guora les dio albergue en un extenso guanal, a corta distancia del lago, donde con poco trabajo quedaron improvisadas espaciosas y abrigadas viviendas, cubiertas de guano, cuyo troncos redondos y derechos tienen cierta semejanza con las esbeltas columnas de que tan feliz uso ha sabido hacer la arquitectura árabe. (¿Realmente eran así las viviendas de los tainos?).

Los alimentos de los sublevados aborígenes consistían en pan de yuca o casabe, maíz, batatas y otras raíces; bundá, plátanos, huevos de aves silvestres, que comían sin sal, crudos o cocidos indistintamente, carne de hutía y la pesca. No podemos olvidar que ellos fumaban túbano o mejor dicho tabaco. Los aztecas lo llamaban tahuaco.

Los aportes que más ofrece esta obra es sobre la alimentación incluso en uno de sus capítulos se dice que ellos (los tainos) comían frutas silvestres, el mamey, la guanábana, y la jagua.

Tenemos que recordar que el autor de esta obra era anexionista y admiraba a España a quien le llamaba la Madre Patria y quizás esa fue la razón porque su novela no trata de la vida del Cacique como suponíamos, pues cada aborigen está idealizado en esta obra, no parecen personajes ni históricos, ni literarios sino más bien una idea. Como novela es una gran obra por su estilo que aún parece de hoy, pero si queremos realmente hablar de la sublevación del primer indio de América, sí realmente queremos tener una novela indigenista, aconsejo que comencemos a escribirla y en vez de llamarle Enriquillo, le llamemos Guarucuya.

1 comentario:

  1. El hombre que camina sobre las sombras de los que fueron no pueden entender la palabra Taino. El nombre Taino ya no es mas que un rasgo fisico, una idea que no alberga un significado verdadero y total. Aquel que consume y es parte fisicamente de la madre tierra dejo ya de existir. El odio y el rencor producido por el trato inhumano y barbarico no puede ser ya comprendido. Los que fueron ya no son mas y pocos somos los que podemos sentir la perdida. Quisiera poder leer una obra historica que se guie por la seriedad y veracidad de los eventos ocurridos en un pasado lejano. Tengo una sed que me atormenta y no puedo aliviarla. Busco a mis companeros queridos y no los puedo hallar. Miro a la luna y alas viejas montanas con sus parajes ocultos en la oscuridad y espero insesantemente que aparescan las caras amigas. Que odio! Que rencor! Cancer que todavia me devora. Lagrimas sin fe.

    ResponderEliminar

LA PASION DE LOS LIBROS

Quien no haya pasado nunca tardes enteras delante de un libro, con las orejas ardiéndole y el pelo caído por la cara, leyendo y leyendo, olvidado del mundo y sin darse cuenta de que tenía hambre o se estaba quedando helado...

Quien nunca haya leído en secreto a la luz de una linterna, bajo la manta, porque Papá o Mamá o alguna otra persona solícita le ha apagado la luz con el argumento bien intencionado de que tiene que dormir, porque mañana hay que levantarse tempranito...

Quien nunca haya llorado abierta o disimuladamente lágrimas amargas, porque una historia maravillosa acababa y había que decir adiós a personajes con los que había corrido tantas aventuras, a los que quería y admiraba, por los que había temido y rezado, y sin cuya compañía la vida le parecería vacía y sin sentido...

Quien no conozca todo eso por propia experiencia, no podrá compreder probablemente... las pasiones humanas.

La historia Interminable: Michael Ende