Jean-Paul Charles Aymard Sartre (París, 21 de junio de 1905 – 15 de abril de 1980), conocido comúnmente como Jean-Paul Sartre, fue un filósofo, escritor y dramaturgo francés, exponente del existencialismo y del marxismo humanista. Fue el décimo escritor francés seleccionado como Premio Nobel de Literatura, pero lo rechazó explicando en una carta a la Academia Sueca que él tenía por regla declinar todo reconocimiento o distinción y que los lazos entre el hombre y la cultura debían desarrollarse directamente, sin pasar por las instituciones. Fue pareja de la también filósofa Simone de Beauvoir.
Para Sartre el hombre empieza por existir, se encuentra, surge en el mundo, y que después se define. El hombre, tal como lo concibe el existencialista, si no es definible, es porque empieza por no ser nada. Sólo será después, y será tal como se haya hecho.
Esta idea parte de su concepción radicalmente atea de que no existe un Dios, siendo así el esquema tradicional de la esencia antes de la existencia carecería de sentido. Ya no hay una esencia divina y eterna que es la que dota a cada ser humano de una existencia. Es el mismo hombre el único que no sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere, y como se concibe después de la existencia, como se quiere después de este impulso hacia la existencia; el hombre no es otra cosa que lo que él se hace.
Esa sería pues, la explicación de la frase "La existencia precede a la esencia". El hombre a partir de lo que hace de su vida, su existencia en el mundo, define lo que él es, por tanto él mismo crea su esencia en base a lo que ha construido en su existencia.
Este concepto de Sartre que señala que "El hombre es lo que él se hace", es conocido como el primer principio del existencialismo. Dicho principio indica también que el hombre es un proyecto que se vive subjetivamente, en que nada existe previamente.
Por esto, la primigenia idea del existencialismo procura poner al hombre en posesión de lo que es, y hacer recaer sobre él mismo la responsabilidad de todo lo que quiere ser, de su desarrollo y su camino a la libertad.
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Sartre considera que el ser humano está "condenado a ser libre", es decir, arrojado a la acción y responsable plenamente de la misma, y sin excusas.
A su vez, Sartre concibe la existencia humana como existencia consciente. El ser del hombre se distingue del ser de la cosa por ser consciente. La existencia humana es un fenómeno subjetivo, en el sentido de que es conciencia del mundo y conciencia de sí. Se observa aquí la influencia que ejerce sobre Sartre el racionalismo cartesiano. En este punto se diferencia de Heidegger, quien deja fuera de juego a la conciencia.
Sartre se forma en la fenomenología de Husserl y en la filosofía de Heidegger, discípulo éste de aquél. En plena guerra mundial, cuando forma parte del Ejército Francés comometeorólogo, Sartre es hecho prisionero, y en el largo periodo de ser cautivo del nazismo reformula muchas de sus ideas y elabora otras. Escribe constantemente e incluso representa obras de teatro en pleno campo de prisioneros. Si en Heidegger el Dasein es un «ser-ahí», arrojado al mundo, «e-yecto», para Sartre, el humano, en cuanto «ser-para-sí», es un «pro-yecto», un ser que debe «hacer-se».
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